Manuel
Gerena no es el heredero de un eco milenario. Ni nos traerá un trino centenario
y melodioso. Porque Manuel no es un cantaor de escuela ni de estirpe flamenca. Gerena
es un cantor. Un hombre de pueblo. El hombre de la calle, del taller, de la
fábrica o del campo. Rebelde, incómodo. Su metal, como su sangre cantaora, no atesora
añejas sabidurías ni nobles linajes estilísticos. La suya es la voz que brota
de la rabia, árida y disidente. Y su cante ni evoca ni remeda; más que la
estética, su grito es el decoro, la ética de la denuncia. Una necesidad.
Manuel Gerena, cante y Juan Ignacio González, guitarra
Jueves, 11 de abril de
2019, 20:00 Hs
Entrada 12 €. Socios gratis (Aforo limitado)
Sala Sandaru. C/ Buenaventura
Muñoz, 21. Barcelona
Manuel
Gerena (Puebla de Cazalla 1945) gusta de llamarse cantautor flamenco. Así se
presenta y así lo presentamos puesto que su repertorio está mayoritariamente
compuesto por letras salidas de sus manos y de su conciencia. Mención aparte
merece el disco “Manuel Gerena canta con
Miguel Hernández”, grabado en 2001 y reeditado en 2017 en homenaje a su
admirado poeta y referente moral.
Siendo muy joven, después de dejar la escuela y ejercer varios oficios empujado por la necesidad, decidió dedicarse al flamenco, arte por el que sentía una honda afición. Y con la misma determinación que se lanzó a cantar, quiso ser altavoz y puente para denunciar con su cante las injusticias y las carencias político-sociales de la época que le tocó vivir. Su actitud valiente y comprometida le llevó en más de una ocasión de los calabozos a las páginas de los periódicos, convirtiéndose con el tiempo en símbolo de una época.
Recogemos aquí estas hermosas palabras de Caballero Bonald, tomadas del prólogo del libro "A contracorriente por la dignidad": «En momentos en que la cultura oficial española se afanaba en desertizar el espacio popular de la cultura, Gerena se echó a andar por el mundo adelante, cantando donde podía y a veces también donde no podía. Y como lo que cantaba eran verdades como puños, intentaron amordazarlo con los puños de la mentira. Una consabida barbarie a la que respondió Gerena con la táctica consabida de la resistencia. No lo pensó dos veces y, con las únicas armas del cante, montó su guerra privada contra la tiranía: un foco más de legítima defensa frente a aquellos años sombríos, macerados en las aguas residuales de todas las represiones. Él era un juglar en tiempos de miseria, es decir, un muchacho que pretendía contar en la plaza pública la historia de un pueblo acosado. Pero no pudo hacerlo más que sorteando a duras penas las vigilancias inquisitoriales. Y al fin, como los jornaleros de su desdichada tierra, tuvo que emigrar. Gerena vivía para el cante pero también vivía del cante. Dos hambres juntas –la física y la moral– eran demasiado. De modo que se fue con su música a otra parte, o sea, que se quedó donde estaba».
Con
72 años cumplidos, más de 30 discos grabados y más de 3000 conciertos a sus
espaldas, este hombre de origen humilde, nos visita para hacer lo que siempre
ha hecho y lo que mejor sabe hacer: cantar para el pueblo y alzar la voz contra
la desmemoria y la arbitrariedad.
Para
su recital en EL DORADO SFB, Manuel Gerena viene acompañado por la guitarra
cabal y comprometida del toledano Juan
Ignacio González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario